sábado, 15 de enero de 2011

El Salto del Tequendama y Manuelita Saenz

Dicen que  Manuelita Saenz, enérgica, vivaz, misteriosa y ebria, embrujada por la fuerza de las aguas  intento lanzarse al precipicio. Su perfume, el sudor de su cuerpo y su dulce aliento volaron después de ser atrapada. En lo profundo,  las aguas tronaban entre las piedras,  la niebla parecía esconder las puertas del infierno. Manuelita, entre los brazos de su salvador respiraba agitada,  poseída por esa fuerza sobrenatural que la llevó a  los bordes de la locura.

Quien observe  aquel espectáculo natural, inevitablemente, quedará atrapado en un trance, en un éxtasis, en un ahogo similar al de Manuelita Saenz.

Y el hotel, antiguo fortín de lujosos banquetes, fiestas y cristalería de plata, hoy es una casa de fantasmas, de ruidos y de  misterios. Dicen que las almas de suicidas, hombres y mujeres que se lanzaron por amor, hoy rondan los corredores, se escuchan sus llantos.

El Caminante

No hay comentarios: