domingo, 30 de enero de 2011

349 años de San Victorino, el espíritu comercial de Bogotá


San Victorino, el espíritu comercial de Bogotá.  

En el año 1780, un brillante carruaje negro de grandes ruegas de madera y toldo de lienzo azul, llegó al Virreinato de la Nueva Granada . Era un diseño italiano adquirido por algún cómodo burgués Santafereño. Aquel suntuoso carruaje viajaría por el rio Magdalena hasta la ciudad de Honda y desde allí por trochas de mulas hasta Santa Fe de Bogotá. En Honda, un corralero, 25 mulas y 80 indios lo trasnportaria durante 8 días a través de los pueblos de Guaduas, Alban, Facatativa y Fontibon hasta el centro económico más importante de la Capital, San Victorino. En Facatativa, al iniciar la sabana de Bogotá,  el carruaje echaba a rodar por la calle 13 hasta  San Victorino, una gran plaza, rodeada de bancos, hoteles de arquitectura colonial, casas de cambio, bullaranga de vendedores, bestias, polvo, boñiga. 

En la actualidad San Victorino vibra con el mismo espíritu. Hombres y mujeres ofrecen todo tipo de mercancías, regateos, bancos, casa de cambio, hoteles que conservan la misma arquitectura pero no su categoría.

En la plaza hay una escultural Mariposa del Maestro Edgar Negret. 

Se debes visitar con precauciones de seguridad. Es una plaza popular de comercio con los mismo problemas de cualquiera plaza popular del mundo, existen ladrones y embaucadores,

lunes, 24 de enero de 2011

Pelea de Guacamayas…



Y la pelea no ocurrió en las selvas de Centro América, fue en el zoológico de Santa Cruz, a las afueras de Bogotá (1 hora).  Ambas hembras, territoriales, esplendidas, vanidosas y orgullosas, extendieron sus alas y se echaron al ataque,  las garras y los picos sólo fueron el instrumento de sus amenazas. Eran dos damas en celo que llevaban la sangre hirviendo. Al final, de la misma manera que entraron en pelea volarona cada extremo de la jaula y desde allá, dieron una algarabía de insultos.

El Zoológico de Santa Cruz, aunque no es lujoso, sus animales se ven sanos y cómodos. El jaguar negro con su pelaje brillante y sus ojos verdes te mira con odio, cada que sus garras acarician el piso, sus músculos forman bolas de carne templada. Su cuello, que  parece el de un toro, produce un rugido aterrador

 Buen sitio para visitar. 

sábado, 15 de enero de 2011

El Salto del Tequendama y Manuelita Saenz

Dicen que  Manuelita Saenz, enérgica, vivaz, misteriosa y ebria, embrujada por la fuerza de las aguas  intento lanzarse al precipicio. Su perfume, el sudor de su cuerpo y su dulce aliento volaron después de ser atrapada. En lo profundo,  las aguas tronaban entre las piedras,  la niebla parecía esconder las puertas del infierno. Manuelita, entre los brazos de su salvador respiraba agitada,  poseída por esa fuerza sobrenatural que la llevó a  los bordes de la locura.

Quien observe  aquel espectáculo natural, inevitablemente, quedará atrapado en un trance, en un éxtasis, en un ahogo similar al de Manuelita Saenz.

Y el hotel, antiguo fortín de lujosos banquetes, fiestas y cristalería de plata, hoy es una casa de fantasmas, de ruidos y de  misterios. Dicen que las almas de suicidas, hombres y mujeres que se lanzaron por amor, hoy rondan los corredores, se escuchan sus llantos.

El Caminante